Es un gas que existe en la naturaleza en las altas capas de la atmósfera y que fue descubierto a finales del siglo XIX. Su aplicación en el campo de la medicina se inició durante la Segunda Guerra Mundial para desinfectar heridas. Posteriormente se fueron descubriendo otras propiedades terapéuticas.
Es la aplicación de ozono (O3) de uso médico al organismo humano con fines terapéuticos.
1. Potente Antioxidante (limpiador de los radicales libres) por lo que retarda los procesos de envejecimiento celular.
2. Antiálgico y Antiinflamatorio. En la aplicación local, actúa neutralizando mediadores neuroquímicos de la sensación dolorosa y facilitando la metabolización y eliminación de mediadores inflamatorios como histaminas, quininas, prostaglandinas, causantes de la sensación dolorosa y de la inflamación, obteniendo un efecto muy importante sobre los procesos agudos y crónicos, como se observa en la artrosis y en la artritis.
3. Inmunomodulador. Estimula a los glóbulos blancos (linfocitos y monocitos) a que produzcan mediadores que aumentan las defensas del organismo ante agresiones externas como las infecciones y la detección de células mutantes o degeneradas que pueden producir enfermedades como el cáncer o enfermedades autoinmunes.
4. Activación del metabolismo del glóbulo rojo. Así este transporta más oxígeno a las células, mejorando la función celular y la circulación en general.
5. Germicida. Elimina hongos, bacterias y virus.
En general la ozonoterapia hace que los procesos fisiológicos normales del organismo trabajen con eficiencia, optimizándolos y retardando el deterioro que se va produciendo con el envejecimiento.
Gracias a estas propiedades, el ozono puede aplicarse en varias enfermedades y es un gran aliado para conseguir resultados más rápidos, duraderos y mejores en los programas de Rehabilitación.
1. En lesiones de la columna: Hernias Discales, lumbagos
2. Reumatismos: Artritis reumatoidea, artrosis
3. Heridas y úlceras infectadas de evolución tórpida o de difícil cicatrización (pie diabético o úlceras en diabéticos).
4. Enfermedades cerebrovasculares isquémicas: después de un accidente vascular encefálico como trombosis, embolia cerebral, etc. Aquí el ozono puede recuperar las funciones corporales perdidas aun el control motor fino cuanto más rápido se instaura el tratamiento, y es un gran aliado en la recuperación fisioterapéutica de estos pacientes.
5. Trastornos circulatorios de los miembros inferiores, como la insuficiencia arterial y venosa.
6. Enfermedades Neurológicas: Demencia senil, Enf. de Alzheimer, Esclerosis múltiple, Esclerosis lateral, Enf. de Parkinson, Parálisis Cerebral Infantil: Favoreciendo la recuperación funcional de pacientes afectados por estas enfermedades
7. Insuficiencia vertebrobasilar con vértigos, dolor cervical y déficit de audición
8. Neuroangiopatía diabética
9. En Oftalmología: Retinosis Pigmentaria, Glaucoma, Traumas oculares, degeneración macular senil.
10. Oncología: debe enfatizarse que la ozonoterapia no cura el cáncer pero es un complemento que hace más efectiva la quimioterapia y la radioterapia, además por su poder inmunomodulador ayuda a prevenir las metástasis.
11. Afecciones intestinales: colitis ulcerativas, divertículos intestinales, pólipos intestinales, proctitis, hemorroides.
12. Enfermedades virales: Hepatitis viral, Herpes Zoster, Sida.
13. Afecciones Dermatológicas: psoriasis, esclerodermia, vitiligo.
14. En ancianos: para aumentar la calidad de vida y para una mejor oxigenación cerebral en síntomas como pérdida de memoria, dificultad circulatoria en piernas, cansancio, etc.
15. Otras: fibromialgia, Impotencia Sexual por factores vasculares.
1. Endovenosa (autohemotransfusión).
2. Insuflación rectal.
3. Local o Externa.
Depende de la patología de base: generalmente se necesitan entre 5 y 25 sesiones
Su aplicación es indolora y no tiene efectos adversos.

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